Sigo surcando los mares de mi imaginación en la oscuridad de la noche. Acompañado solo de una luna que pretende enamorar al mar. Pero ya está a punto de salir el sol para quitarle el momento. El sol lo quiere solo para él. Así llevan luchando millones de años, intentando conquistar al mar, pero este no se deja. Ya tiene bastante con tener abrazado entre sus brazos convertidos en olas a la tierra. El agua son sus lágrimas que suspiran por adentrarse más y más y apoderarse del corazón de la tierra.La luna se va apagando y el sol quiere recobrar fuerzas para intentarlo una vez más. Mientras tanto y, con la llegada del sol, el mar se vuelve más ambicioso, e intenta conquistar otro amanecer más, a la tierra. Yo, desde mi velero observo esa lucha casi heróica, mientras me apresuro a extender mis velas para encontrar a las sirenas que tanto deseo ver.
El amanecer se va convirtiendo en día, y este también desaparece, porque no tiene nada que hacer entre la luna y el sol.
Desde mi rincón os vuelvo a saludar esperando que ninguno de los dos conquiste al mar, ya que lo quiero yo también y llevo tiempo buscando su corazón.
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