En mi jardín

Entro por la puerta de mi jardín privado. Aún no está terminado ya que culminara cuando mi vida se acabe. Un jardín lleno de colorido y frescor. Lugares con sombras, y otros llenos de frescor primaveral. Árboles grandes que cubren rincones donde relajarse, y pequeños que ya empiezan a destacar. El color verde es la alfombra que paseo por la vida. Allí, si allí, justo al lado de la fuente esta una de las flores más bonitas. Pero cerré las lágrimas de la fuente para que esa bella flor no se marchitara. Justo aquí a mi lado la flor que me acompaña por la vida  y la que me dio un pequeño brote que tendremos que cuidar. En este otro lugar, abierto y luminoso están mis otras flores. Flores amigas, arbustos impecables y que tienen hermosos frutos.
Si miras atrás, verás en mi jardín todo lo que planté en su momento y que siguen ahí para de vez en cuando poderlo admirar. Sé que sigo caminando por el césped verde de la vida, y sigo admirando todo lo que me rodea. La flor que siempre va conmigo me lo dice. Está encantada con este jardín. Aromas intensos, el trinar de los pájaros, y las flores que me hablan y susurran. La que está al lado de la fuente perece brillar cada día un poco más. Habrá que cuidarla con mucho tacto y mimo, así que prefiero cambiar la fuente de lugar.
Sentado en este banco de mi jardín, me he entretenido escribiendo bajo la luz de las estrellas y deseando como siempre que no dejeés de cuidar vuestro jardín. Un saludo, Jardineros.