martes, 19 de febrero de 2013

Mejor así

Al fin pude salvar mi preciado velero. Gracias a Dios no ha ido a mayores los pequeños toques con el arrecife. Como decían los antiguos griegos, tengo a los dioses de mi parte, y ellos se encargarán de cuidarme. Yo aquí, solo, y solo los dioses guardan por mí. Ahora es mi deber de cuidar de mi embarcación. Con ella he navegado por aguas placenteras hasta hacerme con el timón. Pero una imprevista tempestad hizo que agudizara mi ingenio para dominar la situación. Ahora que todo pasó me encuentro más feliz. Mi vida a salvo, pero lo que más me importa es mi velero.
Ahora sé que los daños producidos solo se deben a mi imaginación. y que la tempestad fue creada por la alucinación y la confusión de mi cabeza. Los bucaneros eran producto de la confusión entre mis neuronas, luchando por una batalla que solo podía ganar el tiempo.
Desde mi sillón y bastante más reconfortado, os vuelve a saludar este marinero empedernido y pesado.

2 comentarios:

  1. Ya vamos mejor
    Es verdad, así mejor

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  2. Creo que para acabar esta historia falta decir que este se quedó en la isla junto a su velero, cuidándolo y sin dejar que el mar se lo llevase a ninguna parte.

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