La vida, el amor, la esperanza, la amistad, el cariño, la armonía, los sentimientos, y un sinfín de cosas más. Podría decirse que son infinitas las razones que me impulsan a vivir. Los besos, las caricias, los susurros, los abrazos, y otro sinfín de motivos los que hacen que siga caminando.Jamás podré olvidar aquellos momentos en los que aprendí a respirar gracias a todos estos sentimientos. Aromas de recién nacido, olores de juventud, sabores de pubertad, hicieron de mi madurez un brebaje de sencillez y sensatez. Humilde, sencillo, romántico, pero a la vez orgulloso y complicado de entender. Orgulloso de ser quien soy y como soy. Pero lo complicado es conocerme a mi mismo. Tantas cosas vividas, tantos momentos en la retina, tantas ilusiones por vivir, no hacen otra cosa que más de un millón de razones tengo para subsistir.
Con otra razón, que es la de vuestra paciencia y comprensión, os saludo desde mi pequeño rincón.
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