sábado, 19 de enero de 2013

En el suelo

Vi estrellas en el suelo. En las calles de mi barrio no cabían tantas. Pero puedo asegurar que como tú, ninguna brillaba tanto. Dulce, incandescente, de intenso calor, pero, mientras otras se apagaban al poco tiempo, tú mantenías esa luz inagotable. Tiempo tardaste en enseñar tu brillantez, pero desde que llegaste hace diez años, no la he visto decrecer. Todo lo contrario, día a día crece más y más. Será por eso que desde que estás junto a mí, cada mañana al despertar me pregunto siempre lo mismo.  ¿Que haríamos sin tu presencia?.
Llenas de luz el hogar, y tu cariño nos inunda de felicidad. Mereció la pena la espera. El mejor tesoro que uno pueda tener; eso eres tú.
Mientras felicito a mi niño, no quiero dejar de saludar al mundo y dar gracias por tanta felicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario