Estos días me ha parecido ver pingüinos por las calles de mi ciudad. Que frío; no me quiero imaginar a estos, en otras ciudades de la península donde el frío a sido más intenso. Me los imagino con guantes, bufandas y grandes abrigos, haciendo círculos en bidones ardiendo con leña. Yo he sentido un frío estremecedor, pero con el ingrediente añadido de la humedad de la costa. ¡Que sensación! He estado en la montaña y no creo haber sentido tanto frío. La humedad incrementa las sensaciones.
Pero aunque estas sensaciones sean algo desagradables, quiero ilustrarla con unas fotografías de hace pocos años en mi ciudad. Algo muy difícil de observar, ya que en estas latitudes y a nivel del mar, no son frecuentes.Calentito en mi pequeño rincón del hogar os vuelvo a saludar.
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