Campanadas

En la cercanía ya oigo campanadas de bienvenida. Cada vez suenan más fuertes y con aires de alegría. Quiero estar preparado para el momento en que las sienta justo por encima de mi. Mes y medio mal contado para la comunión de mi hijo. Poco a poco se convierte en un adolescente y yo sin darme cuenta de como corre el tiempo. Lo veo crecer, disfruto con él, pero casi sin apercibirme que cada día está madurando.
Como si fuera ayer mismo cuando lo tenía en brazos justo al nacer. Así lo siento y así quiero seguir soñando. No quiero que pase el tiempo pero no lo puedo remediar. Solo sé que las campanadas vuelven a sonar con fuerza para anunciar que ha pasado otra etapa de su vida. Me siento orgulloso de él, y quiero que no se apaguen los sonidos de esas campanas en su cabeza.
Mientras poco a poco va llegando ese momento, desde mi rincón os vuelvo a saludar como de costumbre y esperando que suenen dulces campanadas sobre vuestras cabezas para que os colmen de felicidad.