Memorias de una estrella que quiere brillar ( Capítulo 2)

Mis primeros recuerdos es de cuando solo contaba con unos tres o cuatro años de edad. Recuerdo que mi padre llegó tarde de trabajar, o al menos eso aparentaba. Luego supe que no era cierto. La verdad salió a relucir en una conversación que tuve con mi madre unos años después.
Por lo visto a mi padre lo echaron del trabajo, pero el no quiso volver a casa. Creo que había bebido algo.
Solo recuerdo que discutieron y mi padre fue entonces cuando le puso por primera vez la mano encima. Toda una bofetada. Vi a mi madre soportar esa bofetada sin llorar, y, supongo que sería por no demostrarme el dolor que se siente siendo mujer, y la humillación de verse así delante de su hija. Lo cierto es que por un momento me sentí morir, pero esperaba que todo fuera solo eso.

Creo que ahí fue cuando empezó toda una vida muy enrevesada y llena de espinas muy dolorosas. Lo cierto es que no creía ni por un momento en ese entonces que lo sufriría yo en mis carnes, pero con el paso del tiempo me dí cuenta que estaba muy equivocada. Pocos días después recibí mi primera bofetada de mi padre. La nariz me sangraba, y mi madre con una sonrisa tranquilizadora pero con lágrimas en los ojos curó la hemorragia diciéndome que me calmara. Aquella bofetada creo que le dolió más a mi madre que a mí. A partir de ese preciso instante me dije a mi misma que quería desaparecer.
Por cierto. Anoche dormí mejor al haber empezado mis memorias, y seguro que esta noche será todavía mejor. Seguro que mañana me levanto con otros aires de alegría. Empiezo a desahogarme con tanta pasión que hasta las estrellas parecen estar más cerca de mi. Hoy he sonreído de verdad y mis hijos se han extrañado y felicitado a la vez. Creo que empiezo a sentirme orgullosa de ver todo lo que ahora me rodea y lo veo con otros ojos.

(MIENTRAS ESTE AFICIONADO DE LA ESCRITURA SIGUE IMAGINANDO
ESTA PEQUEÑA HISTORIA, OS SALUDO COMO DE COSTUMBRE DESDE EL RINCÓN DE MI IMAGINACIÓN)