martes, 9 de julio de 2013

El sol y la luna

Sigo en el centro de este océano imaginario observando en todas direcciones sin divisar algo de lo que escribir. Solo mirando el reflejo del sol en la superficie de este océano me ilusiona a poder seguir el impulso de la escritura. Una sombra amarilla en un infinito azul marino, algo roto por las pequeñas ondulaciones del agua ayudada por la brisa marina, pero lo suficiente como para describir la belleza que se esconde tras ese color.
Amarillo resplandeciente, casi tan perfecto como las caricias que deja el sol sobre la luna en la lejanía. De calor incandescente, al igual que el amor que la luna siente. Solo un color roto por las olas del mar, lo mismo que el sufrimiento del sol por tener a la luna tan lejos como para poder llorar. Rayos convertidos en lágrimas y calientes por querer abrazarla, pero la luna solitaria solo se conforma con donar algo de luz en ausencia del sol. Un amor imposible, que a veces parecen tocarse al llegar el eclipse. Toda una ilusión que quiere darme la imaginación.
Mientras sueño con esta unión de la noche y el día, con el sol y la luna, con la escritura y la lectura, os vuelvo a saludar desde mi pequeño rincón de la imaginación, deseando que tanto el uno como la otra os traigan lo mejor del corazón. Saludos, besos y abrazos.

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