Sentado en mi jardín, al lado del estanque con su pequeña cascada, me ha parecido oír a las rocas hablar con el agua. Creo que hacen buena combinación de una pareja en la que una quiere bailar alrededor de la otra, y la otra dejarse acariciar por el suave tacto que la rodea. En ese lenguaje de la naturaleza me ha parecido oír a la roca susurrar al oído al agua, " que tacto tan suave tienes en mi dura piel, pero no te vayas tan rápido. Deja una una de tus lágrimas a mi lado para recordar que por mi vida has pasado". La emoción de estas palabras tan naturales me han recordado que tantas cosas vividas en mi pasado, forjaron el caudal de mi vida por tantas lágrimas derramadas por querer recuperar algunas de los mejores momentos. En el recuerdo están, y puedo asegurar que fortalecen mi corazón.Viendo a esa pequeña roca suspirar por el agua que acarició su piel, me doy cuenta de las cosas que pasaron por mi vida.
Mientras busco otros cantares ocultos en nuestro jardín, os vuelvo a saludar desde este pequeño rincón de la imaginación, no sin antes mencionar que mañana volveré a escribir.
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