Casi olvidado

Solo y casi olvidado, huérfano de lecturas, y casi sordo por el silencio. Esta noche de verano parece ser muy solitaria y solo rompe el silencio el agua que fluye por esa cascada. Los pájaros parecen dormidos y el aire inexistente hace que los árboles no hablen. Silencio, solo silencio, y mirando al cielo despejado de nubes, las estrellas parecen más lejanas a la vez que más brillantes. Pero estas tampoco quieren hablar.
La imaginación parece algo aletargada y las ideas asoman lentamente como si estuviesen atascadas en un embudo. Mi pobre jardín, mi pequeño pero enorme jardín, casi olvidado, quiere volver a renacer al despuntar el sol pero, la noche parece tan larga que no veo el momento. La luna se cierne sobre él extendiendo su manto de luz en todos los rincones queriendo dar algo de alivio pero no parece ser suficiente.
Mi velero, anclado en el pequeño muelle que construí, parece llorar junto al mar por esta soledad nocturna.
Mientras sigo imaginando con cuentagotas, os vuelvo a saludar desde este rincón de la imaginación algo más arreglado.