viernes, 11 de abril de 2014

Edredones

Con tu presencia en la oscuridad me ofreces el calor suficiente como para colmarme de felicidad. Tu corazón escondido entre las sábanas de tu rincón, luce más que el mismo sol. Este mar azulado está enamorado de las mejores perlas de tu corazón. Edredones a mi alrededor se extienden hasta el infinito, perlas salpicadas sobre la superficie, y ni rastro de mi bella sirena enamorada. Las estrellas tempranas del atardecer ya quieren acompañarme, y el cielo me tiende otro edredón para querer arropar los dulces sueños de mi interior.
Sigo navegando en este madrugador anochecer, y sentado en la proa de mi amada embarcación Esmeralda, continuo pensando en la flor de mi jardín perdida en este mar. Los delfines ya se fueron a dormir y solo me he quedado. Aunque no tan solo, ya que los aromas que dejaste en este inmenso edredón, me acompaña a cada respirar de mi corazón.
Pero como de costumbre os vuelvo a saludar, para no perder la educación. Eso sí, desde mi ya acostumbrado pequeño rincón de la imaginación.

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