martes, 15 de octubre de 2013

A María de Villota

Sigo navegando con el rumbo fijado hacia no se que destino. Pero quiero dedicar unas palabras a una grandísima estrella.
Este fin de semana nos dejó una de las sonrisas más bonitas para ocupar un espacio en el cielo como una de las estrellas más brillantes del firmamento. Gran luchadora, simpática y sincera. No en vano lucía una estrella en su casco de batalla para hacer frente a los desafíos de la vida. María de Villota nos dejó en la tierra, pero nos vigila desde lo más alto para que viajemos con seguridad en nuestro largo caminar. Yo desde este mar de la imaginación ya la veo en el firmamento, y su estrella se distingue por encima de todas las demás. Tiene luz propia, energía que trasmite a todos sus seguidores para luchar por los mejores sueños. Tu vertiginosa, pero fugaz vida, hace que sintamos la esencia de la adrenalina cuando, al despertar, arrancamos los motores de nuestras vidas un día más. Sé que en cualquier lugar del universo velarás por que sigan rugiendo los motores que nos llevan a la meta, y sé que tu estarás junto a esa bandera a cuadros para felicitarnos por nuestra victoria en la carrera de la vida.
Maria de Villota, mientras sigo navegando por este océano de la imaginación, no quiero dejar de saludar a todos los participantes de este circuito universal, llamado mundo. Va por ti, gran estrella. Un gran abrazo allá donde estés.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias. Me hubiese gustado darle algo más de calor a estas letras, pero a veces se bloquea la mente y las palabras cuestan de enlazar como deberían. Un abrazo.

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