De color rojo terciopelo. Frágil como el pétalo de la flor, y duradero como su aroma más profundo. De tallo verde y con un cáliz capaz de soportar las inclemencias de cualquier tempestad. Dulce y suave, y aunque su tallo esté lleno de espinas, cogiéndola con cariño y ternura ella se dejará abrazar.
Le gusta el frescor de la mañana, y desea el rocío en forma de agua líquida para respirar. El calor de la primavera la hace más hermosa y se alza con orgullo. Bonita y altanera, de color cálido y perfume embriagador y profundo, suave como la seda. Así es la rosa.
Mientras me conformo con la imaginación de poder olerla y admirarla, os saludo desde mi rincón, creyendo en esta ilusión.
Me siento como la rosa ahora mismo
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Jose
Ana
Gracias. Seguro que si lo eres. Tu corazón seguro que es como las rosas en primavera, y la flor que llevas dentro florecerá para dar alegría a tu entorno. Otra vez Gracias.
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