No siento palabras cuando no puedo respirar tranquilo. No tengo sílabas para expresar mis sentimientos. Me faltan letras para describir mis pensamientos, pero aseguro que puedo recordar todas y cada una de las emociones que la vida me ha dado. No he dudado de escribir estas inquietudes, ya que sé que alguien espera oír mi voz o leer mis palabras.
No lamento ni quiero sentirme culpable del silencio, tampoco quiero ser culto de almas buscando refugio en ningún lugar; solo quiero sentir el susurro del aire que respiro para poder escribir y relatar mis sentimientos.
Mi sufrir va por dentro, y casi sin aliento puedo gritar bien alto que mi vida, es lo mejor que tengo. Tengo lo que necesito, y a la vida no se le puede pedir más. ¿Riqueza?, ¿Poder?. Que se la queden los hipócritas ya que la sencillez está en la humildad y la verdadera amistad.
Estas palabras me salen por la inspiración de una buena amistad a la que no quiero jamás dejar.
Saludos desde este mar en calma, y con este capitán que nunca dejará de remar.
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